Hace un par de décadas tanto el té como el café eran consideradas infusiones para beber durante el desayuno o a media tarde y el consumo de café era bajo, pero en la actualidad, tanto las tiendas de café especializadas, la amplia oferta de cafeterías y las tostadurías se están abriendo paso en un país que tradicionalmente consumía principalmente té y café instantáneo. Hoy, Chile se ubica entre los tres países de Latinoamérica que más consumen café -con 0,4 tazas por día- luego de Brasil y Colombia.

Actualmente, para nadie es raro ver las numerosas cadenas extranjeras con su tiendas de café, las cuales además de ofrecer diferentes alternativas y preparaciones, tienen una amplia variedad de utensilios que compramos para prepararlo en casa o tomarlo en un tazón que se adecúe a nuestro estilo de vida y preferencias.

El fenómeno de la pandemia también ha ayudado a que los consumidores conozcan más del café, sus preparaciones, los tipos de granos, etc. Los chilenos hemos sofisticado el consumo de esta bebida con nuevas opciones: vegano, preparaciones sin lactosa, diferentes niveles de tostado, etc.

La importancia de la calidad y cantidad de café

Claramente a todos nos gusta empezar el día con una rica taza de café y existen numerosos estudios que demuestran que esta infusión posee propiedades curativas para nuestro organismo.  El café es rico en potasio, uno de los minerales que favorece a las contracciones musculares, incluyendo las de tipo cardíaca. Por otra parte al contener calcio, favorece al fortalecimiento de los huesos previniendo una posible osteoporosis. Otro de sus componentes es el magnesio, el cual se asocia en la ayuda del equilibrio del sistema nervioso.

Asimismo, ayuda a prevenir la formación de cálculos renales y biliares. Al contener cafeína ayuda a la memoria y la concentración. Y en su dosis justa, ayuda a combatir jaquecas. Es un excelente diurético y ayuda en el proceso digestivo.  Por último, también aumenta el nivel de endorfinas.

Los últimos estudios sobre los efectos del café y la cafeína, su principal ingrediente activo, para la salud son positivos. Se ha vinculado su consumo con una reducción en el riesgo de todo tipo de padecimientos, entre ellos, la enfermedad de Parkinson, cardiopatías, diabetes tipo 2, cálculos biliares, depresión, cirrosis, cáncer de hígado, melanoma y cáncer de próstata.

Eso si, es importante tener dos factores en cuenta al momento de tomar café  y así obtener estos beneficios para la salud: la calidad y la cantidad. El café en granos o molido es por lo general mucho mejor que el café instantáneo, ya que este último atraviesa un proceso industrial que incluye conservantes que afectan los componentes aromáticos y nutricionales.

Respecto al consumo del café se recomienda:

• No consumir más de 400 mg de cafeína al día, lo que equivale a 3 tazas.
• Consumir café de grano.
• Evitar el café azucarado. Tres tazas diarias equivalen al consumo máximo recomendado de azúcar por día: 25 gramos. Combínalo con canela o vainilla para disminuir el sabor amargo natural.
• No utilices el café como reemplazo de alimentos o para mantenerte despierto. Tu organismo necesita nutrientes que no están en el café y sueño reparador.
• Evita el café descafeinado: este proceso elimina los antioxidantes del café. Sin embargo, este tipo de café puede ser más saludable para las embarazadas o personas con sensibilidad a la cafeína.
• Frío o caliente: aunque el café frío se ha vuelto increíblemente popular en los últimos años, tiene las mismas propiedades que el café caliente.

Estos tips te permitirán disfrutar el café de manera saludable, recordando siempre: calidad y cantidad.